LAS MEJORES COSAS QUE HACER EN MADRID
CRISTINA MARTÍNEZ – REDACTORA GUÍA OCIO MADRID
Los Forasteros del Tiempo llegan al libro número doce, volumen doce ya. La verdad es que me sorprende porque cuando empecé no podía imaginar esto. Me pasa como con los Futbolísimos, que van 19 libros y ahora con los Forasteros del Tiempo 12.
Objetivo la Luna es un libro muy especial, por muchas razones. Para empezar porque comienza una nueva fase para los Forasteros del Tiempo. Yo, por mi manera de escribir, nunca sé lo que va a pasar en cada novela hasta que la escribo. Lo que me ha ocurrido en esta novela es que he descubierto el origen de los viajes en el tiempo. Los Forasteros del tiempo llevan 12 libros viajando en el tiempo y ahora en este por fin se explica y se cuenta cuál es el origen de esos viajes en el tiempo y por qué viajan en el tiempo.
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ToggleCada libro lo escribo, de verdad, con el corazón. Yo no creo en las fórmulas literarias, creo que cada escritor escribimos desde las cosas que nos emocionan y nos apasionan, entonces cada libro lo vivo como si fuese el primero. Fíjate que llevo ya 49 libros publicados y para mí, sin embargo, cada vez es como si fuese la primera, por lo tanto, me emociona todo. Lo que más me emociona siempre es la respuesta de los lectores, tengo muchos encuentros tanto en las ferias del libro, en bibliotecas, librerías, colegios, hoy en el planetario (ríe). Los niños son unos lectores muy exigentes que te dicen siempre todo, lo bueno, lo malo, lo que les gusta, lo que no les gusta y eso es apasionante.
Siempre digo que Los Forasteros del Tiempo es cómo el hermano pequeño de los Futbolísimos porque nacieron en un libro de los Futbolísimos. En el Misterio del Penalti Invisible aparecieron los Valbuena por primera vez y era una familia que tuvo mucho éxito y que a los lectores les gustó mucho y me preguntaban que si iban a salir en otro libro y, de repente, se me ocurrió que más que salir en los Futbolísimos se merecían su propia saga, su propia colección.
Son una familia de Moratalaz, normal y corriente que de repente, un buen día, van a hacer la compra, entran en una tormenta eléctrica tremenda, les cae un rayo y eso los lleva a un agujero de gusano y empiezan a viajar en el tiempo. Creo que esa es una de las claves, que todos nos podemos identificar con esta familia y sus vecinas, porque son una familia muy normal.
Siempre digo que los escritores somos un poco como vampiros, que vamos sacando de todas partes a toda la gente que conocemos, a todas las personas de las que nos rodeamos y entonces cogemos de la realidad, de la gente que he conocido, de los sitios en los que he estado.
El protagonista, Sebas, tiene mucho de mí. Es un niño tímido, observador, que está deseando vivir grandes aventuras pero que al mismo tiempo le da mucho miedo vivirlas. Yo era un niño muy observador, muy lector, muy tímido y tiene mucho de mí. Luego, el resto de los personajes pues tienen de mis amigos, de mi familia, de gente que he conocido y me ha marcado estos años.
En mi familia, por suerte, en mi casa se leía muchísimo y yo tuve la enorme fortuna de que en mi casa lo normal era leer. Mis padres, mi hermana también, teníamos los libros como algo cotidiano. Yo leía muchísimo, recuerdo de niño devorar Los Cinco de Enid Blyton, era mi colección favorita, pero también muchísimos cómics que también me han influido muchísimo. Siempre digo que es imposible dedicarte a escribir si primero no has leído mucho. Es imposible, no es que sea muy difícil, es que no se puede.
Creo que el sueño que tenemos siempre los escritores es llegar a la mayor cantidad de lectores, eso es así. Ahora, también es cierto que nunca se sabe lo que va a ocurrir, es imposible. Hasta ahora me siento muy respaldado por los lectores, ya no solo en España, porque se han traducido a un montón de idiomas y están en muchos países, pero sé que esto que, igual que ha conectado con los lectores, de repente un buen día deciden que no quieren seguir leyéndolo. No me siento acomodado, ni mucho menos, lo que siento es que cada libro es como comenzar otra vez. Con cada libro tienes que atrapar al lector, cautivar al lector, engancharle, hacerle vivir una experiencia lectora única y, como diría el Cholo Simeone: “partido a partido”, pues libro a libro.
En esta nueva aventura, los Valbuena viajan en el tiempo a un día señalado para mí, que es el 20 de julio de 1969, el día que se pisó la Luna por primera vez. Digo para mí porque, además de producirse ese gran acontecimiento que creo que fue uno de los triunfos más grandes que ha conseguido la ciencia, ese mismo día nació mi hermana. Entonces, en mi familia, siempre se ha contado esta historia de mi madre dando a luz en el hospital, mientras los médicos no le hacían ni caso porque estaban pendientes de la televisión porque el Apolo XI estaba aterrizando en la Luna en ese momento. Entonces, ahí viajan los Valbuena y se van a encontrar un viaje interplanetario.
Esto es difícil, porque creo que para que un libro de verdad llegue a convertirse en un libro publicado, se pasan por fases muy distintas. Para mí hay una primera, que yo llamaría como de inspiración en la que las ideas se te van acumulando. Yo las voy apuntando en una libreta y aún no tiene forma nada. Esa fase a mí me encanta porque es una fase en la que todo es posible. Luego viene una fase más concreta de documentación que a mí me parece imprescindible. En Los Forasteros del Tiempo, imagínate, me tengo que documentar muchísimo de cada época a la que viajan, en este caso me he estudiado apasionadamente todo lo que fue la misión del Apolo XI, etcétera, etcétera.
Luego la tercera fase, que es la más solitaria, en la que estás tú solo con el ordenador escribiendo horas y horas, y días y días. Reconozco que la disfruto mucho esa fase. Para mí se parece mucho a componer música, yo estoy ahí con mi ordenador y tengo que sentir que las palabras suenan en mi cabeza, más allá de la historia.
EL 99’9% de los casos tienen infinidad de preguntas. En mi experiencia siempre tienen muchas preguntas, muchas sugerencias, ideas que me proponen, comentarios que me hacen. Interactúan muchísimo, no recuerdo ninguna presentación en la que se hayan quedado callados y no hayan tenido nada que decir. Al revés, siempre acabamos con la sensación de que hay más para hablar. A mí me encanta esa parte, yo normalmente en las presentaciones primero hablo, les explico un poco como hago mis libros y después les doy la palabra a ellos para que me pregunten o comenten lo que quieran y es la parte más interesante.
Pues esto es muy difícil. Como te decía, escribo los libros con el corazón, soñando siempre que van a enganchar a los lectores y después de tantos libros, yo me quedo con una cosa que me dicen ellos: que los que más les gusta de mis libros es que se identifican muchísimo con los personajes, que sienten que son ellos, que les gustaría formar parte de la pandilla de Los Futbolísimos, que les gustaría viajar con la familia de los Valbuena, que los sienten como muy reales y se identifican mucho. Yo creo que eso es lo que más les gusta, más allá de las aventuras, del humor, del misterio… Más allá de todo eso, es la identificación con los personajes.
Sí, esto no para. Mientras los lectores sigan teniendo más ganas de leer libros, yo tengo muchas ideas para seguir escribiendo. Ya no estoy ideando, ya estoy escribiendo la siguiente novela, la número 13, que te puedo contar en primicia que se titula La Aventura de los Valbuena con los 13 Mosqueteros. Viajan a París, a la época de los mosqueteros, hay un homenaje a Alejandro Dumas, que es uno de mis escritores favoritos que más me han marcado en mi vida. Es otro reto muy distinto al de la Luna, pero también estoy muy metido.
Como te contaba antes, Los Forasteros del Tiempo entran en una nueva fase. Hasta ahora parecía que los viajes del tiempo casi parecía que eran casuales, que caían en un sitio, en otro… Y en este libro aparece una agencia de viajes en el tiempo, que se llama cronos. Creo que les va a apasionar que ahora, los viajes en el tiempo en las novelas ya no van a ser tan “aparentemente” casuales, si no que va a haber una agencia de viajes en el tiempo donde, de alguna manera, aunque no del todo, van a poder controlar un poco cuáles son sus destinos, como el que va a una agencia de viajes.
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