Una vez lleguemos a la cascada, conviene bajar un tramo hasta su parte baja para verla mejor. Desde este lugar, podemos disfrutar de la impresionante Chorrera del Hornillo con su salto de agua en forma de rampa sobre rocas de gneis y de diez metros de altura, además del bonito paisaje que la rodea, lleno robles y pinos. A su lado, se forman unas pequeñas pozas perfectas para refrescar los pies en un día caluroso. La mejor época para visitarla es primavera, ya que de esta manera la cascada llevará más agua gracias a los primeros días de calor posteriores al invierno.

Una vez hayas visitado la cascada tienes dos opciones, completar la ruta circular o desde la Chorrera del Hornillo regresar hacia el coche por el mismo camino realizando la ruta lineal. Si vas con niños puede resultar menos cansado hacer la ruta lineal ya que entre ida y vuelta no dura más de una hora. De esta forma, debes volver por el camino que has venido y disfrutar de este bonito paseo. 

Si por otro lado deseas continuar la ruta circular debes dejar atrás el arroyo y subir entre los pinares, este tramo puede ser el de mayor inclinación, pero es corto y no resultará muy complicado. Cuando lleguemos a una explanada habremos llegado al mirador, con unas vistas increíbles del Embalse de la Aceña, un lugar mágico donde merece la pena pararse a descansar y contemplar las vistas. Desde aquí disfrutarás de todo el paisaje del valle.