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Coronando el cerro de San Cristóbal, en Cuenca, encontramos el Castillo de Belmonte. Esta fortaleza de estilo gótico fue construida a mediados del siglo XV y fue declarada Monumento Histórico-artístico en 1993.
Ahora reacondicionado, el Castillo de Belmonte ofrece mucho más de lo que por fuera pudiese parecer, ya que, a parte de contener un museo en su interior que recuerda como vivían los huéspedes de la fortificación, invita a sus visitantes a viajar al pasado como nunca lo han hecho antes.
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ToggleEl Castillo de Belmonte ha sido la sede oficial del primer mundial de Combate Medieval que se celebró en el mundo, en el año 2014. A este encuentro acudieron más de 500 luchadores de 16 nacionalidades distintas.
El deporte de “Combate Medieval” es un deporte que se basa en los torneos medievales, en la Europa de los siglos XIV y XV.
Esta disciplina consta de luchas entre dos bandos, pueden ser duelos –dos combatientes- o melés de grupo. Existe, como en todos los deportes un reglamento oficial que establece el equipamiento que se debe usar, las técnicas que se permiten y un estricto código disciplinario para sancionar las faltas del mismo. El objetivo final de las melés es derribar al equipo oponente, utilizando para ello una amplia variedad de técnicas y armas con las que se golpea con plena fuerza.
Y además, esta disciplina cuenta con un componente cultural o histórico. Todas las armas, armaduras y vestidos utilizadas en las batallas han de ser aprobadas por un comité verificador para buscar el mayor nivel de autenticidad para el evento, siempre teniendo en cuenta la seguridad de los luchadores, por lo que se toman algunas licencias.
La recreación es una práctica nueva en España y consiste en la imitación rigurosa de las costumbres y modelo de vida de una época concreta. En el Castillo de Belmonte, esta época es el s.XV, el siglo de su construcción.
En estas jornadas los visitantes viajan al pasado para presenciar un momento de gran tensión en España tras la muerte de el rey Enrique IV de Castilla y la consecuente proclamación como reina de su hermana Isabel.
Mientras los invitados se adentran en el pasado, pueden ir paseando por los distintos mercados y conocer a todos lo que allí trabajaban, como los artesanos, el herrero o el maestro de armas. Además, el trovador hará las delicias de las damas, mientras que el bufón intentará hacer reír a cualquiera que se cruce en su camino.
Podrá presenciarse también la ronda de la guardia por las almenas de la barrera, así como duelos con espada, en los que los visitantes podrán tomar parte y aprender esta variación de la esgrima.
Los más pequeños también podrán probar con el tiro de arco junto a arqueros medievales. Por otra parte, podrá experimentarse el proceso de vestir a una dama o armar a un caballero. Tras un duro combate, en la taberna del castillo podrá disfrutarse de vinos y quesos manchegos de la zona y, en la comida, podrán ver a los recreadores en la plaza del castillo degustando los platos típicos de la época, mientras que para los visitantes se servirá un menú variado.
A lo largo de la tarde los visitantes presenciarán distintos hechos históricos en el castillo y, tras estos, celebrarán la paz y los adultos serán invitados a «cuerva», una típica bebida medieval.
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