Siempre he estado rodeada de libros, mi casa estaba llena de ellos. Tuve la inmensa suerte de que mis padres nunca nos censuraron ningún libro, era yo misma la que decidía mi siguiente lectura. Es verdad, que de pequeña siempre me decantaba por los libros de intriga protagonizados por un grupo de amigos, como Tres investigadores, Los siete secretos, Los Cinco, … y también, me gustaban mucho los cómics.

Esto me ha permitido redescubrir libros y darles diferentes interpretaciones según la etapa en la que lo leía, un ejemplo es Mafalda, que leí con ocho, dieciocho y veintiocho años, y cada vez, era como un libro nuevo porque le daba otro sentido que en las otras ocasiones no le había dado.

Crear, inventar, imaginar, dejar volar la imaginación, para mi es un placer escribir. Aunque a veces puede ser una tortura cuando te encallas, cuando no sabes por donde continuar escribiendo o algo no funciona.