De esta forma, nos embarcamos en un paralelismo donde la magia y la ilusión se mezclan con la cruda realidad. Para nuestros personajes, conseguir llegar al final del camino de Baldosas amarillas y encontrar al Mago, significa en realidad lograr desengancharse por fin y recuperar el control de sus vidas.
Tendrán que dejar de mentir, ser valientes y enfrentarse a lo que más temen: ellos mismos. Y, al contrario que en los cuentos, en la realidad los finales no tienen por qué ser felices… ¿o puede ser que sí?