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El museo Sefardí está ubicado en la Sinagoga del Tránsito o Sinagoga de Samuel ha – Leví, considerada la más bella sinagoga medieval conservada en el mundo.

 

La exposición permanente tiene como objetivo dar a conocer la historia de los judíos en España, su llegada a la Península Ibérica en época romana, su edad de oro cultural durante la Edad Media, su expulsión por los Reyes Católicos en 1492, el fenómeno de la conversión y su persecución por la Inquisición. El guión expositivo llega hasta la actualidad, poniendo el foco en el exilio y desarrollo de las comunidades sefardíes por todo el mundo.

 

El Museo Sefardí se crea en 1964, ubicándose en el edificio hispanojudío más importante de España: la Sinagoga de Samuel ha-Leví o Sinagoga del Tránsito, situada en la antigua judería de Toledo y considerada la más bella sinagoga medieval y mejor conservada en el mundo. La obra maestra de la colección del museo es la propia sede: la Sinagoga.

En 1968 el Museo Sefardí fue declarado “Museo Nacional de Arte Hispanojudío”. y en 1969 la Sinagoga del Tránsito se desvinculaba de las Fundaciones Vega-Inclán (organismo que la había gestionado desde principios del siglo XX) comenzando su trayectoria como centro independiente.

 

El 13 de junio de 1971 el museo abrió sus puertas al público. Las salas del museo ocupan los espacios del antiguo archivo de las órdenes militares de Calatrava y de Alcántara. Desde entonces, la museografía ha ido evolucionando a través de las diversas reformas. La última fase, llevada a cabo entre 2011-2015, comprende la adaptación de la exposición permanente a personas con discapacidad, visual y auditiva, así como el proceso de saneamiento y adecuación de los paramentos de la Gran Sala de Oración.

 

La exposición pretende rescatar del olvido y desvelar el manto de silencio que se cernió sobre la cultura judía en España, desde su expulsión hasta hoy. Por eso, el guion expositivo no pretende terminar en el mítico año de 1492, sino que llega hasta la actualidad, poniendo el foco en el exilio y desarrollo de las comunidades sefardíes por todo el mundo.

Diseño de la Sinagoga

La sinagoga se edificó por encargo de Samuel-ha-Levi Abulafia (almojarife en la corte del rey Pedro I de Castilla), entre los años 1355 y 1357, como capilla privada del palacio que, en un gesto de grandilocuencia constructiva, impropia de un hebreo, había ordenado levantar sobre una gran extensión junto al Tajo y cuyos límites llegaban hasta el mismo borde del río.

 

La sinagoga, pensada como oratorio del palacio, con el que se comunicaba directamente, es la única estructura que ha sobrevivido del mismo.

 

Su sencillo diseño en planta salón es semejante al de muchas capillas de palacios y castillos cristianos de la época, aunque por la notable elevación de sus muros sobresale sobre aquéllas por su espacio interior de claridad y limpieza de geométrica insuperable.

Se cubre con un rico artesonado de madera de alerce que lleva incrustaciones de marfil y decoración pintada.

 

Al igual que ocurría en Santa María la Blanca, contrasta la austeridad externa con la suntuosidad decorativa del interior, tan ligada al sentimiento de «horror vacui» de los pueblos orientales; es decir, un miedo al vacío que los lleva a tapizar el muro por completo con rica y desbordante decoración.

En Santa María del Tránsito el paramento está realizado a base de aplicaciones de yesería de estilo mudéjar labradas con excepcional primor. El tema ornamental se ciñe escrupulosamente a la heráldica y a la epigrafía, no existiendo, siguiendo los preceptos aniconistas de la ley mosaica, figura alguna de hombre o animal. En ella podemos contemplar los escudos de Castilla y León, bajo textos en cartelas corridas a lo largo del friso que exaltan las figuras del rey Pedro, de Samuel Leví, a quien se describe como un hombre de pelea y de paz, gran constructor, y de su arquitecto, el rabí don Mayr, intercalado entre salmos davídicos y alabanzas a Yahveh, en agradecimiento por la protección recibida.

En los alrededores del museo Sefardí pueden visitarse distintos puntos destacados de Toledo como el Museo del Greco que respeta el pasado y apuesta por una renovación justificada y necesaria. Junto a la obra del pintor cretense y su colección privada, el visitante conocería de primera mano la casa donde vivió El Greco, aún existiendo justificadas dudas de que el pintor hubiera vivido realmente allí. En la nueva exposición permanente se ha procurado subrayar la nueva condición de Museo, mejorando la circulación y el itinerario, la comunicación y la accesibilidad, pero también centrar el discurso en la figura de Doménico Theotocópuli «El Greco», con el fin de dar a conocer su vida y las etapas fundamentales de su formación artística, así como presentar sus obras en el contexto histórico y cultural del Toledo de su tiempo.

 

Además, en sus inmediaciones también se encuentra el museo de los Concilio y la Cultura Visigoda que está instalado en el incomparable marco de la Iglesia de San Román, bello exponente del primer mudéjar toledano, construida en el siglo XIII. El museo fue creado con la finalidad de conservar y proteger la cultura y los vestigios histórico-artísticos visigodos en Toledo.

 

 

De manera similar, el museo Victorio Macho es un espacioque  acoge la sede de la Real Fundación de Toledo, en la que además del Museo Victorio Macho se realizan actividades culturales como exposiciones, ciclos de conferencias, conciertos, cursos, congresos, etc.

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