Las Caras de Buendía es un paisaje natural junto al Pantano de Buendía en la provincia de Cuenca. Sin embargo, se encuentra muy cerca del municipio de Sacedón en Guadalajara. Con una naturaleza formada por pinares y rocas areniscas, se puede disfrutar de alrededor de unas 20 esculturas y bajorrelieves, siendo la más grande de 6 metros de altura.
Te preguntarás, ¿a qué se debe esta locura? Eulogio Reguillo y Jorge J. Maldonado comenzaron a esculpir algunas de ellas en torno a 1992, y otras llegando hasta la actualidad. Un proyecto que comenzó gracias a la maleabilidad de la piedra arenisca situada a las orillas del pantano bajo la sombra de los pinares.
Un entorno ideal para amantes del senderismo y el arte, donde se combinan ambas disciplinas. La ruta de las Caras de Buendía es un recorrido circular y gratuito tanto para niños como adultos. Además, tiene una duración de una hora y se erige como un camino de dificultad baja. El origen de su nombre se remonta a los primeros años de inicio del camino, cuando se preguntaba a los visitantes a dónde se dirigían y respondían que iban a Las Caras.
Llegando al pueblo, solo es necesario seguir los carteles indicativos para llegar a la Ruta de las Caras, en cuya entrada se encuentra un parking y una caseta de visitas. Un recorrido señalizado en todo momento, por lo que la pérdida no es un factor a tener en cuenta.
Uno de los rincones de la España desconocida donde, varios kilómetros antes de su comienzo, se puede disfrutar del cauce del río esculpido entre la roca en las inmediaciones del pantano de Entrepeñas, que junto al solapado pantano de Buendía reposan las aguas del Tajo y diversos afluentes formando una herradura gigante.
Dejando atrás la presa de Entrepeñas, la ermita de San Andrés y el antiguo poblado de Buendía, llega el turno de la presa de Buendía con sus impresionantes vistas. A la izquierda, la gigantesca caída cuya gravedad solo es desafiada por las golondrinas; y a la derecha, la inmensidad del agua azul turquesa que sirve de frontera entre Cuenca y Guadalajara.
En 1992 fueron terminadas las dos primeras, La Monja y Beethoven, y las últimas en 2007 Maitreya y Arjuna. En total, suponen 18 esculturas de diferentes medidas, desde los 30 centímetros “Duende indio” y “Paleto” – las más pequeñas – y de cuatro metros y medio “Maitreya”. Todas las esculturas repartidas en 3 grupos, muchas de ellas con carteles identificativos.
También, se encuentra la opción de apuntarse a alguna de las visitas guiadas organizadas los fines de semana. ¿Te animas a disfrutar de una ruta que rompe la frontera los museos y la zona urbana? Una relación perfecta entre escultura y naturaleza.