La plaza del Álamo y el escritor
La ruta en Miraflores comienza en la plaza del Álamo, centro neurólgico del pueblo en verano, alrededor de la cual lugareños y visitantes pasean, descubren sus comercios o descansan en alguna de sus numerosas terrazas.
En el centro del municipio se encuentra un gran árbol centenario donde el escritor sol a sentarse a descansar y disfrutar del ambiente de la localidad. Vicente Aleixandre le dedicó este precioso poema a su querido árbol El Álamo (7), que se puede encontrar en su obra En un vasto dominio (1962). Cuentan los lugareños que al escritor le encantaba sentarse en el banco circular de piedra que rodeaba el tronco del árbol donde podía guarecerse del calor del verano.
En el centro del pueblo
quedaba el árbol grande.
Era una Plaza mínima,
pero el árbol viejísimo
la desbordaba entera.
Todo dormía, y vigilante alzaba
su grandeza el gran Álamo.
Diez hombres no rodear an su tronco.
Con cuánto amor lo abrazarían
midiéndolo!
Abuelo siempre vivo del pueblo,
augusto por edad y presencia.
El pueblo está en la escarpa de una sierra.
Arriba la Najarra. Abajo la llanura, con una sed enorme
de perderse,
El árbol: un Álamo negro, un negrillo, como allí
se nombra.
El Álamo “Vamos al Álamo”. Estamos
en el Álamo…”
Todo es Álamo.
Y no hay ya más que Álamo, que es el
único cielo de
estos hombres.
El Álamo. Vicente Alexaindre
El poema El Álamo está inspirado en el enorme olmo seco que preside la plaza de Miraflores y que se ha convertido en la actualidad en uno de los lugares más conocidos del pueblo. En 1990 el árbol, que ya ten a la edad de trescientos años, pasó por una plaga de grafiosis y, aunque intentaron salvarle la vida inyectando productos fungicidas, este gran árbol no logró volver a brotar en la siguiente primavera.
Al final se pensó que era una buena idea conservar su tronco sin vida sin moverlo de ese espacio emblemático en el que había estado durante los últimos tres siglos. Para protegerlo, en 2002 fue declarado monumento protegido y a su lado se colocó un busto en bronce del escritor en 2008. El año 2017 se sustituyó por una réplica exacta realizada a partir de la corteza del tronco que era lo único que quedaba del querido árbol de Vicente Aleixandre.
El árbol ha sido durante siglos un silencioso observador de la vida cotidiana de los vecinos de Miraflores. Todos los veranos bajo este árbol charlaban los vecinos de la localidad y conocidos veraneantes como Santiago Ramón y Cajal o el propio Vicente Aleixandre. Incluso se cuenta en el pueblo que al general Rafael del Riego que solía pasar algunas temporadas estivales le gustaba sentarse a la sombra de este enorme árbol.