LAS MEJORES COSAS QUE HACER EN MADRID
En los años 50 del siglo pasado numerosos escritores encontraron en la Sierra de Guadarrama el mejor refugio para escribir sus obras. Allí se puede visitar el original Mirador de los Poetas en el que se encuentran inscritos en sus rocas versos inolvidables de Vicente Aleixandre, Luis Rosales, Machado, García Nieto o Panero.
El encanto de paisaje natural de la sierra de Guadarrama enamora a todos aquellos que la contemplan por primera vez. Una impresionante formación de montañas que se encuentra entre las sierras de Gredos y Ayllón y que se despliega orgullosa al noroeste de la provincia de Madrid, Ávila y Segovia.Un lugar que sorprende con sus bosques de pino silvestre, sus robledales y encinares. Un entorno en el que el visitante podrá observar la majestuosidad del águila imperial o del buitre negro, además de poder encontrarse en su camino con ciervos, jabalíes o liebres.
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La serena localidad de Cercedilla ha sido una de las elegidas por muchos escritores para descansar y disfrutar de sus increíbles paisajes. Entorno a los años 30 del siglo XX, los pueblos de la zona se convirtieron en el refugio de una brillante élite cultural que pasaba mucho tiempo en la Sierra de Guadarrama y que disfrutaba de sus paisajes y de una forma de vida conectada con la naturaleza.
En Cercedilla escritores y artistas, como el pintor Sorolla, hallaron la inspiración en la belleza de su paisaje y la energía de sus montañas y bosques. La encontraron paseando por sus calles y por lugares como la Plaza Mayor, la plazuela Giner de los Ríos, el rincón de Gloria Fuertes, la Iglesia de San Sebastián e incluso por el Centro Cultural Luis Rosales o el parque de Pradoluengo.
El escritor Luis Rosales era uno de los grandes enamorados de la Sierra de Guadarrama, ya que veraneó en Cercedilla desde el año 1961. Luis Rosales nació en Granada y a los 22 años se trasladó a Madrid para finalizar sus estudios de Filología. El escritor perteneció a la llamada generación del 36 y obtuvo numerosos reconocimientos durante su vida como formar parte desde 1962 de la Real Academia Española o ser galardonado por su obra con el Premio Cervantes en 1982.
El escritor aprovechaba sus largos veranos en la localidad para escribir poesía, trabajar un poco en el jardín, cuidar de sus frutales, y también para relacionarse y conversar con la gente del pueblo. El poeta quiso adquirió una vivienda en el municipio, pues este era uno de sus grandes sueños. De hecho, contó a su círculo más cercano que, cuando murió el escritor Leopoldo Panero -uno de sus grandes amigos-, pensó que le podía pasar lo mismo en cualquier momento, y que no quería morir sin cumplir su sueño recurrente: tener una casa en el campo.
La vivienda del escritor, que se encontraba cerca del Camino Viejo de El Escorial, ha sido restaurada y acondicionada, por lo que en el interior s lo encontramos un pequeño rincón que evoca la casa que fue y al escritor que se refugiaba allí para escribir y meditar.
En el interior de la casa, podemos leer los siguientes versos:
Hemos comprado
una casa pequeña -ya no somos
tan pobres-. En el campo,
y he vivido en Cercedilla
mi última juventud.
Rimas. Carta en dos actos que, como tantas otras tantas cartas, no he puesto en el correo. Luis Rosales.
El paisaje que se podía contemplar desde su casa de campo en Cercedilla era de una gran belleza, aunque hoy se encuentra acompañada por viviendas de nueva construcción que no estaban en el momento en que Rosales la compró. Era un lugar perfecto para escribir, si lo que se necesitaba era paz y sosiego. El propio poeta confesó en varias entrevistas que no podía escribir si no estaba totalmente aislado, porque necesitaba plena concentración.
Esa tranquilidad la encontró en Cercedilla, y por eso algunos de sus libros tienen la fecha de agosto, ya que los terminaba durante las estancias en su casa de verano. Su poema Testamento (1) está dedicado a esta localidad:
Las noches de Cercedilla
las llevo en mi soledad,
y son ya la última linde que yo quisiera mirar.
Quisiera morir un día
mirando este cielo, y dar
un cuerpo a esta tierra que
me ha dado la libertad.
Dedicatoria, a mi hijo. Geografía es amor. José García Nieto
Se cuenta en la localidad que el poeta trabajaba desde las once hasta las siete, sin parar siquiera para comer, y que durante esas horas no se le podía molestar. Su mujer era la encargada de procurar que nadie le interrumpiese. Sus amigos relatan que , antes de las ocho de la tarde, el escritor no estaba para nadie.
Su presencia en Cercedilla fue una de las razones por las que se le dedicó uno de los miradores de la Senda de los Poetas, donde se pueden leer estos preciosos versos:
Las noches de Cercedilla
las llevo en mi soledad
y son la última linde
que yo quisiera mirar
Testamento Luis Rosales.
A Luis Rosales le encantaba pasear por los lugares emblemáticos de Cercedilla, como la torre del reloj del Centro de Mayores, la Iglesia de San Sebastián, la Plaza Mayor o el paso a nivel del Frontón. El poeta falleció a los 82 años y recibió sepultura en el cementerio del pueblo, protegido para siempre por sus queridas montañas.
Centro cultural Luis Rosales
A la memoria del poeta se dedicó el Centro Cultural que se encuentra en la calle del Arroyo inaugurado en 1998.
Los visitantes interesados en su figura pueden disfrutar allí de una exposición permanente en la que tienen la posibilidad de contemplar numerosos objetos personales del poeta y recordar su obra.
El mirador de los poetas
En Cercedilla se creó el original espacio natural conocido como “El Mirador de los poetas”. Este curioso lugar nació de la iniciativa de la Fundación Cultural de Cercedilla.
En la actualidad existen numerosas rutas por las que se puede acceder al Mirador de los Poetas. La mayor a son para senderistas pero también hay algunas perfectas para familias como la que la que pasa por la ‘Ducha de los alemanes’ y que parte del aparcamiento de la fuente de Majavilón. A este lugar se puede acceder por carretera en coche o en autobús y en tren y suele suponer unas cuatro horas de duración. Desde el Mirador de los Poetas se puede disfrutar del paisaje de la Sierra del Guadarrama y de unas vistas increíbles del Valle de la Fuenfría, desde Cercedilla a Siete Picos, de la Maliciosa o el monte Abantos.
El objetivo de estos miradores era llamar la atención a sus visitantes sobre la necesidad de proteger, cuidar y valorar la Sierra de Guadarrama. En sus rocas se pueden leer poemas de escritores como Luis Rosales, Vicente Aleixandre, Gabriel García Tassara o Luis García Nieto del que podemos leer este verso:
Afila Siete Picos en la sombra
su aguda dentellada.
Testamento Luis Rosales
Un momento importante para el Mirador de los poetas tuvo lugar en 1984 cuando un grupo de personas emprendió la ruta desde el conocido como Aurrulaque a la pradera de Navarrulaque. En este lugar leyeron el llamado ‘Manifiesto en defensa de la Sierra de Guadarrama’. A este mirador se le bautizó con el nombre de Vicente Aleixandre ya que el escritor había fallecido ese mismo año. El mirador está formado por una plataforma metálica situada sobre un bloque de rocas y sobre una de ella se puede leer uno de los poemas de Vicente Aleixandre:
Sobre está cima solitaria os miro
campos que nunca volveréis por mis ojos.
Piedra de sol inmensa, eterno mundo
y el ruiseñor tan débil que en su borde
lo hechiza.
Vicente Alexaindre
Más tarde se fueron dedicando otros a escritores como Machado, García Nieto o Leopoldo Panero. El sendero conduce al Reloj Solar de Camilo José Cela, en la pradera de Navarrulaque, como homenaje al autor de Cuadernos de Guadarrama.
El escritor Leopoldo Panero es otro de los grandes enamorados de la Sierra de Guadarrama a la que dedicó algunos de sus versos. Leopoldo Panero (1909-1962) es otro de los componentes de la Generación del 36, que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1950.
Allí permaneció ocho meses y se enamoró de una paciente, Joaquina Márquez, que murió poco tiempo después en un sanatorio de los Alpes. Leopoldo Panero le dedicó a esta mujer algunos de los poemas más sentidos de su madurez, como el romance Joaquina Márquez escrito en 1945 (2). Su amor por el paisaje se puede sentir al leer sus Versos del Guadarrama.
Por donde van las águilas
una luz vehemente y oscura, de tormenta,flota sobre
las cumbres del alto Guadarrama,
por donde van las guilas. La tarde baja, lenta,
por los senderos verdes, calientes de retama. Entre las
piedras brilla la lumbre soñolienta
del sol oculto y frío. La luz, de rama en rama,
como el vuelo de un pájaro, tras la sombra se ahuyenta.
Bruscamente, el silencio crece como una llama.
Tengo miedo. Levanto los ojos. Dios azota
mi corazón. El vaho de la nieve se enfría
lo mismo que un recuerdo. Sobre los montes flota
la paz, y el alma sue a su propia lejanía.
Una luz vehemente desde mi sue o brota
hacia el amor. La tarde duerme a mispies, sombría.
Versos del Guadarrama. Leopoldo Panero
La poesía de Leopoldo Panero ha sido reconocida por encontrar su propia voz poética después de la Guerra Civil. Evolución desde una primera poca, influenciada por la Generación del 27 y vanguardias como el dadaísmo y el surrealismo -además del verso libre-, hasta convertirse en una de las obras poéticas m s valoradas de los últimos años.
Aunque no llegó a adquirir vivienda en la zona y su casa museo está en la localidad leonesa de Astorga -donde vivió con su hermano Juan-, durante su vida recorrió muchas veces estos paisajes de la Sierra de Guadarrama y se inspiró en ellos para escribir gran parte de su excelente obra poética.
La conocida poetisa Gloria Fuertes (1917-1998) pasó también largas temporadas en Cercedilla. La escritora, que nació y murió en la capital, era una gran amante de esta localidad serrana. Con los años, su obra es cada vez valorada y ya no se habla solo de ella por sus poemas y canciones para niños.
Gloria Fuertes fue una poeta popular en un tiempo de poesía intelectualizada, incluida en la llamada generación del 50 o de posguerra. Para ella era importante saber lo que pasaba en la calle, en la vida diaria de las personas de a pie. Creó una estética muy personal alejada del postismo y de otras corrientes literarias de su tiempo. Además, dedicó parte de su obra a la poesía para niños y a programas de televisión infantiles, como Un globo, dos globos, tres globos.
La escritora era amiga del arquitecto César Manrique, con el que coincidió en Nueva York. El arquitecto fue el autor de una de las casas de la famosa Colonia Camorritos, una urbanización de lujo de Cercedilla, creada en los a os 30.
El rincón de Gloria Fuertes en Cercedilla
En el año 1998 Gloria Fuertes fue pregonera de las Fiestas patronales de Cercedilla. Ella misma inauguró ‘El rincón de Gloria Fuertes’, un espacio de lectura al aire libre, que inicialmente contenía libros de la autora que con el tiempo ya no se encuentran en el lugar. En el pregón de esas fiestas, la escritora estaba encantada con que le hubiesen dedicado ese peque o rincón para que los vecinos pudieran leer su obra y exclamó : “Qué genial idea, leerme es quererme”.
Aunque nació y vivió en la calle de la Espada, en el madrileño barrio de Lavapiés, la poeta estuvo muy ligada a Cercedilla, localidad en la que encontró esa paz necesaria para escribir sus obras y un lugar al que siempre volvía cuando tenía ocasión. Durante su estancia en Estados Unidos y añoraba tanto los paisajes de la Sierra del Guadarrama, que llegó a escribir estos famosos versos:
Cambio rascacielos de Nueva York
por pino de Cercedilla;
río Sescuajana por seco Manzanares;
Chesterfiled por Bisonte
Cadillac por burro,
refrigeración instalada por “pay-pay”,
güisqui por chato de vino,
Quinta Avenida por Calle Tribulete,
televisión por balcón en Argumosa,
máquina lavadora por Pepa cantando “El Último Cuplé ”
Lejos de mi pueblo
Otro de los escritores seducidos por el paisaje de la Sierra de Guadarrama, fue el poeta Rafael Alberti. Al que sería miembro de la generación del 27, le diagnosticaron una afección pulmonar en 1920 y, como a tantos otros enfermos, como Leopoldo Panero, le recomendaron pasar una temporada en esta sierra, concretamente en la localidad de San Rafael, ya en la provincia de Segovia. Allí se conserva una placa colocada por el Ayuntamiento en la que se hace referencia a la influencia vital que tuvo este municipio en el poeta, “quien encontró en San Rafael su vocación poética y un rincón inspirador de su obra”.
En ella, menciona la belleza de estos paisajes de la sierra, en composiciones como La arboleda perdida (4):
La sierra de San Rafael en donde el aire de los pinos y
el sol guadarrame o me llenaron de nuevo de nueva
vida los pulmones, renaciendo a los pocos días de perderme
por aquellos caminos de lamos y tocar el azul
de las cumbres venteadas… el rebotar del agua de las
cimas… los viejos pinos solitarios de las alturas.
La arboleda perdida.Rafael Alberti
En este entorno natural privilegiado el poeta también comenzó a escribir los primeros versos de Marinero en Tierra (5), una obra publicada en 1924. Este es uno de los grandes poemarios de la Generación del 27, reflejo de la excelente obra del escritor, que comenzó a escribir sus primeros poemas acompañado por estas montañas.
Hotel de azules perdidos,
de párpados entornados,
custodiado por los grillos,
débilmente
conmovido por los ayes
de los trenes.
El tren de la una…,
el tren de las dos…
El que va para las playas
se lleva mi corazón.
Con la nostalgia del mar,
mi novia bebe cerveza
en el coche-restorán.
La luna va resbalando,
sola, por el ventisquero.
La luciérnaga del tren
horada el desfiladero.
De mí olvidada, mi novia
va soñando con la playa
gris perla del Sardinero.
Balcón del Guadarrama
Rafael Alberti
El 17 de marzo de 2007 se colocó en San Rafael un monumento dedicado al poeta, obra del artista Óscar El Segoviano, y en el que aparecen unas líneas de La arboleda perdida, obra que escribió en esta localidad.
El poeta reconoció siempre la importancia que tuvo para su obra este escenario, en el que surgió la inspiración para sus primeros escritos. Éste, fue también un lugar fundamental en la historia vital del escritor, pues fue allí donde recobró la salud gracias al aire puro de la sierra. Como señal el poeta: “me llenaron de nuevo de nueva vida los pulmones”
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Ruta 3: La sierra de Guadarrama, el lugar que enamoró a los escritores |
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En los años 50 del siglo pasado numerosos escritores encontraron en laSierra de Guadarrama el mejor refugio para escribir sus obras. Allí se puede visitar el original Mirador de los Poetas en el que se encuentran inscritos en sus rocas versos inolvidables de Vicente Aleixandre, Luis Rosales, Machado, García Nieto o Panero. |
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