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Acompáñanos en nuestro viaje al corazón del Loira, donde descubriremos bellos paisajes y castillos impresionantes, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hay viajes y viajes, y nuestro viaje por el Valle del Loira y Disneyland París es uno de esos inolvidables, que se quedan en tu corazón y en tu mochila de recuerdos para siempre. Nuestra aventura comienza desde el momento en que decidimos embarcarnos en un viaje de más de 3.000 km con niñas. Es cierto que somos unos apasionados de los viajes y que ya habíamos recorrido Portugal en coche con bebé y peque a cuestas, o habíamos vivido la experiencia de realizar con nuestro hija mayor un recorrido muy interesante por el País Vasco Francés cuando ella tenía apenas 4 años.
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También contábamos con la experiencia (solteritos) de grandes rutas como la de recorrer Australia en avión y coche durante un mes, o la de la Selva Negra, en Alemania, también en coche, donde ya perdimos la cuenta del cuentakilómetros. Pero, este viaje era diferente, era el primero en el que íbamos a afrontar 3.300km de viaje con una niña y un bebé. El trayecto programado implicaba muchas horas en el coche , a lo que sumaría el cansancio por descubrir cada día la historia de cada castillo.
Pero, una vez vivido, podemos que decir ha sido todo un éxito. Las niñas han disfrutado, la mayor ha aprendido mucho sobre el Renacimiento Francés y los reyes españoles y franceses (nada como el worldschooling). Pero, sobre todo, lo ha vivido intensamente y hemos disfrutado mucho en familia. He de decir que hemos tenido hasta tiempo para tener algún que otro susto y hemos conocido los hospitales franceses, así que también podremos informaros de qué hacer y cómo prepararos para poder ser atendido en vuestro viaje a Francia si os surge cualquier imprevisto. Así que, si estás tan loc@ como nosotros y quieres seguir sumando momentos de esos que te enriquecen y te hacen sentir vivo, quédate y te contamos todo lo que puedes descubrir en el Valle del Loira con niños.
Antes de emprender un road trip con niños, lo primero que hay que hacer es planear las paradas y ser realistas con los trayectos. Nuestro primer objetivo era realizar un viaje de aproximadamente 6 horas desde Madrid, que se convirtieron en casi 9hrs entre paradas largas para comer y jugar…
Finalmente llegamos a nuestro destino, un pequeño pueblo a unos 30 km de Biscarroise, donde nos esperaba una preciosa casita de jardín en la que nuestras peques pudieron desahogarse un poco, aunque el tiempo tampoco acompañaba mucho….
Tengo que aprovechar este punto para deciros que en Francia dan un lugar a los niños que, desgraciadamente aún no tienen en España. Todas las áreas de servicio están preparadas con columpios, baños de su tamaño, cambiadores muy completos, incluso áreas para que los bebés jueguen o vean la tv. Un auténtico lujo. Igual sucede con los alojamientos. En todos nos encontramos una cantidad ingente de juguetes para que ellas pudieran disfrutar de esos ratos de descanso en casa.
Tras esa primera parada técnica partimos ya hacia Blois, el pueblo que establecimos como base para visitar el Valle del Loira.
El Castillo Real de Blois es el único castillo que puede vanagloriarse de haber albergado a no menos de diez reinas y siete reyes de Francia; motivo por el cual se pueden observar en él cuatro fachadas que evocan cuatro épocas diferentes. En el siglo IX, los condes de Blois construyen una fortaleza que se irá transformando con el correr de los siglos. Así, en 1498, Luis, conde de Blois y duque de Orleans, sube al trono de Francia con el nombre de Luis XII. La estatua ecuestre que hoy en día adorna la fachada de este señorial castillo es precisamente la de este rey, Luis XII artífice de varias obras de restauración del castillo y los jardines para instalar la corte de Francia en Blois. De este periodo se conservan algunos vestigios de murallas, la torre conocida como «du Foix» y la Sala de los Estados Generales.
A su llegada al trono en 1515, el rey Francisco I emprende la remodelación del ala norte del castillo que daba a los jardines, en cuyo diseño intervino el paisajista italiano Pacello Da Mercoliano. La arquitectura renacentista manifiesta influencias italianas con la escalera de caracol adornada con pilastras, las salamandras (emblemas del rey) y las famosas logias que decoran la fachada que hoy da a la ciudad, inspiradas en las que creara el arquitecto Bramante en el Vaticano en Roma.
El ala de François I. en el norte contiene habitaciones ricamente amuebladas. En la primera planta de este edificio vivirá la reina Catalina de Médicis, esposa del segundo hijo de Francisco I, Enrique II, quien la mantuvo alejada de los asuntos de estado, debido a la relación que mantenía con su amante Diana de Poitiers. Sin embargo, la muerte de Enrique II elevó a Catalina a un papel de Reina Regente, una regencia que daría continuación al reinado de sus tres hijos en este orden: Francisco II, Carlos IX y Henrique III. La reina falleció en 1589 en esta misma habitación, decorada en tonos verdosos, en la que vivió gran parte de su vida y que los curiosos visitantes podrán descubrir a lo largo de la visita.
En este ala destaca también la Sala del Rey, adornada con dos chimeneas originales, junto con el emblema de la salamandra de Francisco I y el armiño de Ana de Bretaña. En el centro el imponente trono azul del rey, con la flor de lis siempre presente.
El último anexo al castillo será el ala de Gastón de Orleans, hijo de María de Médicis, quien con la ayuda del arquitecto Mansart, emprende en 1635 la reconstrucción del castillo. Sus proyectos concluirán tres años más tarde, con el nacimiento del heredero al trono de Francia, su sobrino, el futuro rey absolutista Luis XIV.
Si como nosotros, visitas el castillo en el mes de marzo, tendrás la oportunidad de disfrutar del Carnaval de Blois, un evento único, que anima las bellas calles empedradas de Blois y que nos dejó gratamente sorprendidos por el nivel de perfección de los disfraces y el maquillaje. El desfile parte desde la Place du Château Royal hasta la Place de la République, arrancando y finalizando con una fanfarria. La explanada del Halle aux Grains ofrece un espectáculo final original cada año. Así que vístete, maquíllate, canta, baila y sobre todo, ¡participa!
Si por el contrario te acercas a conocer Blois entre los meses de junio y septiembre, al caer la noche podrás disfrutar de un festival de efectos especiales para descubrir más a fondo la historia que ya te hemos avanzado de este château. El Castillo Real de Blois se convierte en escenario de una experiencia inolvidable. Los espectadores se dan cita en el patio del castillo para disfrutar de 45 minutos deslumbrantes que evocan los episodios más significativos de la historia del lugar.
Chambord es el símbolo del poderío del rey Francisco I, quién hizo de este pabellón de caza uno de los más bellos castillos del Renacimiento. Es el palacio más grande de los castillos del Loira, contando con 440 habitaciones, 365 chimeneas y 84 escaleras.
El castillo está construido en base al modelo de las fortalezas medievales, con un edificio central de planta cuadrada, el donjon, provisto de cuatro torres de esquina. La escalera doble se encuentra en el centro del edificio y da acceso a la primera planta (aposentos históricos), a la segunda planta (dedicada a la temática de la caza y a la animalística) y a la gran terraza, coronada por la torre-linterna y la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa.
Se cree que el ingeniero y arquitecto de esta doble escalera fue Leonardo da Vinci. Francisco I y el artista italiano sentían un gran apego mutuo. Se conocieron en Boloña, Italia, antes de que el rey Francisco I invitara a Leonardo da Vinci a instalarse en el valle del Loira, más precisamente, en la mansión de Clos-Lucé, en Amboise, donde el artista muere en 1519.
Para vivir la experiencia completa te aconsejamos comprar el billete “Pasaporte Chambord”, que incluye entrada al castillo y los jardines y que tiene un precio de 16€ por persona. La entrada es gratuita para los menores de 26 años de la Unión Europea.
Si además te apetece sumergirte en el ambiente de la corte de Francisco I y divisar caballos cabalgando a tu lado y aves sobrevolándote recomendamos el espectáculo de caballos y rapaces.
Esta entrada sí supone un coste (12,50€ para niños a partir de 4 años y 17€ para niños de 5 a 17). Para los adultos que quieran disfrutar de la entrada combinada castillo + espectáculos el precio será de 31 euros si se acogen al Pasaporte Chambord.
Para sacar todo el provecho posible a la visita recomendamos alquilar el Histopad. Cada sala cuenta con una columna con una moneda, que al escanearla os facilitará toda la información de esa sala; por lo que, además de aprender mucho sobre la historia del castillo, os aseguráis tener a los más pequeños entretenidos.
Por último, no te vayas sin asomarte a disfrutar de las espectaculares vistas de los señoriales jardines de Chambord, que lucen una magistral simetría y la elegante flor de lis dibujada en el césped. Te impresionará tanta grandeza.
El Castillo de Chenonceau es uno de los Castillos del Loira más famosos, junto con el de Chambord, además de ser uno de los castillos más impresionantes del mundo, construido sobre un antiguo molino fortificado, elevando el castillo sobre el río. Esta auténtica obra maestra del Renacentismo, conocido como el «castillo de las damas» , por el protagonismo que tuvieron diferentes mujer en su decoración y transformación constante, resalta sobre todo por sus jardines y por su ubicación sobre el río Cher, la gran galería que atraviesa el río Cher y sus torrecillas. Si tienes la suerte de visitarlo en verano, podrás disfrutar de toda su majestuosidad desde el agua, acercándote al canal y dando un breve paseo en barca por el río Cher.
En el interior destacan sus completas cocinas, con grandes ollas, un horno de pan, moldes de repostería increíbles y todo tipo de accesorio que te trasladan fácilmente a otra época. LLama la atención también la mesa concebida para la matanza y los diversos elementos para descuartizar la carne.
Pero, este castillo del siglo XVI, tiene mucho más que ofrecer como la imponente Galería de Medici , donde Catalina de Medici realizaba sus bailes, o sus majestuosas estancias, perfectamente amuebladas para las diferentes damas que las habitaron (Diana, Catalina y Luisa de Lorena. ). Y , aunque no forma parte del mobiliario, os conquistará el buen olor que desprenden sus impresionantes ramos de flores, repartidos por todas las estancias del castillo. Ojalá este tipo de sensaciones se pudieran transmitir en los reportajes…
El jardín más conocido es el de Diana de Poitiers, la que fuera amante de Enrique II, y a quien el rey donó este castillo. El acceso a estos jardines se realiza a través de la casa del Regidor (la Cancillería), construida en el siglo XVI, al pie de la cual se encuentra el embarcadero para disfrutar del paseo por el Cher. La decoración de los jardines se efectúa mediante un diseño de 8 triángulos de césped, con unas volutas floridas de 3.000 m de longitud.
El jardín de Catalina de Médicis, que se encuentra al lado oeste del castillo, es de una concepción más intimista, y se encuentra construido en torno a un estanque central. Está rodeado por un foso que se alimenta con las aguas del río Cher y que delimita su perímetro por el este.Un muro de yedra marca el límite del jardín por su zona norte, quedando el conjunto del jardín formado por cinco paneles de césped, adornados con lavanda y agrupados alrededor del estanque central.
Los jardines del castillo de Chenonceau cuentan por otra parte con un laberinto, siendo el actual una reconstrucción del existente en tiempos de Catalina de Médicis.El laberinto, de forma circular, ocupa una superficie de más de 1 ha, y está formado por unos 2.000 tejos recortados en forma de seto a 1,30 m de altura. En el centro del laberinto existe una glorieta sobreelevada, que permite la vista del conjunto del laberinto, y que está confeccionada en mimbre, junto a una estatua de Venus. También se encuentran en el laberinto las cuatro cariátides que Catalina de Médicis añadió a la fachada del castillo y que madame Pelouze retiró en el curso de la reconstrucción que dirigió.
Situada en los grandes establos de la granja del siglo XVI, la Galería de los Carruajes presenta un raro conjunto de coches hipomóviles nobles y rurales. Típicamente franceses como el break o el tonneau, o de origen inglés como el tílbury. En la colección llaman la atención especialmente el carruaje para hacer la vendimia y un pequeño carruaje real para que los pequeños príncipes y princesas disfrutaran de sus paseos en pony.
Durante la l Primera Guerra Mundial (1914-1918) Gastón Menier, senador del distrito Seine-et-Marne, puso a disposición de Francia el castillo de Chenonceau, que acababa de heredar de su hermano Henri. Asumiendo personalmente los gastos, Menier, propuso a Alexandre Millerand, ministro de guerra y futuro presidente de la república, crear un hospital militar en el interior del castillo, con el fin de atender a los heridos de guerra. Llama la atención ver que ya se usaban en él métodos relativamente modernos para la época, como el uso de los rayos X para confirmar el diagnóstico antes de intervenir a los heridos. Y es que, no podemos olvidar, que fue justo durante la primera Guerra Mundial cuando la extraordinaria Marie Curie inventó el primer aparato de radiografías móvil. Un coche de rayos X que tenía una sala oscura para revelado y una dinamo para generar toda la electricidad que necesitaba para hacerla; y todo funcionaba con la gasolina del coche.
Visitar un parque Disney es algo que muchos tienen en su lista de viajes soñados. Así, en Europa, Disneyland París es visitado cada año por nada más y nada menos que 15 millones de personas, que como nosotros, buscan contagiarse por unos días de esa magia que desprende Disney. Por eso, hemos preparado una auténtica GUÍA, que podéis consultar AQUÍ, para que siguiéndola seáis capaces de organizar un viaje a Disneyland Paris por vuestra cuenta. En ella os contamos la forma más económica de contratar un paquete incluyendo la entrada a los dos parques (parques Disneyland y Walt Disney Studios) que alberga el complejo, os explicaremos en detalle lo que ofrece cada uno de los hoteles Disney, hablaremos de restaurantes y por supuesto de las cientos de atracciones y espectáculos que podrás disfrutar en el parque. No os perdáis un montón de trucos y consejos útiles e imprescindibles que vais a necesitar para tu viaje. Además, si visitáis este año Disneyland París disfrutaréis de la celebración de su 30º aniversario (abrió sus puertas el de 1992). Algo que se nota en sus espectáculos conmemorativos (impresionante el espectáculo nocturno con drones) , en su decoración, sus postres con la exquisita chocolatina del 30 y por supuesto en el variado merchandising.
Nosotros disfrutamos mucho nuestro road trip a Disney, en el que, como ya has visto, aprovechamos mucho el tiempo y descubrimos castillos, pueblos preciosos, etc. Pero, eso sí, os avanzamos que quién piense que el desplazamiento en coche es la forma más económica de viajar a Disney, no está en lo cierto. Nosotros lo habíamos calculado de antemano, pero valoramos mucho la opción de poder hacer un viaje completo que enriqueciera a toda la familia. Disney era una de las metas, pero no la única, el Valle del Loira llevaba años en nuestra lista de viajes pendientes y ahora sí, hemos cumplido 2 sueños en 1. Eso sí, solo en gasolina y peajes hemos gastado 750€. En definitiva, únicamente os recomendamos hacer un viaje así si sois culos inquietos como nosotros, pero si estáis buscando algo económico, decantaros mejor por coger un vuelo directo a París, combinado con un Hotel Disney o, más barato todavía, con algún alojamiento cercano al parque que no sea hotel Disney, aunque perderéis algunas ventajas como el shuttle del hotel al complejo Disney o la hora Extra Magic, pero de todo hablaremos en detalle en nuestra guía . Leer la Guía de Viaje a Disneyland París.
Nuestra última parada en Francia, ya de vuelta a casa, fue el castillo de Amboise, un château francés que domina desde un promontorio el río Loira. En este edificio se encuentra la tumba (vacía, porque fue profanada durante la revuelta de los hugonotes) de Leonardo da Vinci, que residió en una mansión de la misma localidad (castillo de Clos-Lucé). La tumba está dentro de la bella capilla de Saint-Hubert, edificada sobre una gran roca entre 1491 y 1496, situada fuera del cuerpo del castillo, y cuya decoración, de arquitectura gótica tardía, tiene como tema la caza (san Huberto es el santo patrón de la caza). El dintel de la puerta de entrada de la capilla es una representación del santo en una cacería.
El castillo también alberga el ala «de Carlos VIII», de estilo gótico tardío, que comprende las viviendas del Rey y de la Reina y el ala Luis XII, de estilo renacentista. Así, como sucede en varios castillos del Loira, una vez más, se mezclan diferentes estilos arquitectónicos, que se deben a los gustos de la época y de los reyes que residían en él en cada momento histótico.
Además del enclave en el que está situado y de la grandeza que alberga el complejo en el que se encuentra, particularmente, lo que más nos llamó la atención en el castillo, fueron las dos grandes torres circulares: des Minimes y de Hurtault, con rampas cubiertas en forma de caracol que permiten el acceso fácil de los caballos y de las carretas desde el nivel del Loira hasta la cota del castillo, esto es, a unos 200 metros.
Por último, tenemos que deciros que este castillo resulta especialmente inaccesible para personas con movilidad reducida o carritos de bebé. El acceso se realiza mediante una gran escalera, que aunque tiene escaleras anchas que te permiten subir el carro, supone bastante esfuerzo. Una vez dentro por supuesto, imprescindible llevar mochila portabebés para subir y baja a vuestro antojo por el castillo y descubrir las estancias cómodamente. Este consejo es aplicable a todos los castillos del Loira, que aunque en la entrada sí son mucho más accesibles que el de Amboise, en el interior su distribución y número de plantas, implica una vez más subir y bajas escaleras, que solo se salvaguardan si tu bebé ya anda o llevas mochila. En todos los castillos hay habilitados parkings de carritos para que podáis aparcarlo y moveros libremente.
Espero que con todos estos consejos disfrutéis tanto como nosotros este viaje al corazón del Valle del Loira. ¡Bon voyage!
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