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Un estudio del CSIC lleva a debate la administración de la tercera dosis
de la vacuna contra el COVID-19
El mismo estudio destaca que, en respuesta a una sola dosis, las vacunas de ARN, Pfizer y Moderna, son más potentes en cuanto a la producción de anticuerpos, que las vacunas de AstraZeneca y Janssen.
EVA ZURDO – DIRECTORA GUÍA OCIO MADRID
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado 17 de noviembre, que el personal sanitario, los mayores de 60 años y los ancianos que vivan en residencias, tendrán que recibir una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus para poder conseguir el certificado de la pauta completa. Así, estos grupos se suman a la población mayor de 70 años y a los inmunodeprimidos, para quienes también se aconsejaba desde hace unos meses.
Sin embargo, el debate sobre la conveniencia de su administración está sobre la mesa y los científicos se han puesto a trabajar para valorar los pros y contras de la administración de esta tercera dosis.
Los estudios investigan los pros y contras de su administración
Desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el equipo encabezado por el investigador Balbino Alarcón, ha realizado un estudio, titulado “DISMINUCIÓN DE LA AMPLITUD DE LA RESPUESTA DE ANTICUERPOS CONTRA LA PROTEÍNA DE LA ESPÍCULA DEL SARS – CoV – 2 TRAS VACUNACIONES REPETIDAS ”, en el que ha comparado la producción de anticuerpos en respuesta a la primera y a la segunda dosis de la vacuna, confrontando a su vez esta producción de anticuerpos, con la producida por personas que habían sido infectadas en 2020 y 2021.
También se ha comparado la producción de los anticuerpos contra la variante de Wuhan y la reactividad de esos mismos anticuerpos contra tres de las variantes preocupantes del virus SARS – CoV – 2 ( Alpha, Delta y Kappa)
Así, se ha observado que en respuesta a una sola dosis, las vacunas de ARN Pfizer y Moderna, son más potentes en cuanto a la producción de anticuerpos, que las vacunas de AstraZeneca y Janssen. Además, se aprecia, que cuando las personas ya han recibido las dos dosis de las vacunas, aumenta la producción de anticuerpos, pero hay una pérdida de reconocimiento relativo del resto de variantes frente a la de Wuhan. Es decir, que la segunda dosis de vacuna hace que los anticuerpos se especialicen más en reconocer la variante original de Wuhan, que es contra la que se crearon las vacunas, pero pierden capacidad de reconocimiento frente al resto de variantes.
Por ello, esta comunicación científica concluye que no tiene sentido administrar más dosis de la misma vacuna a la población general, porque te protege de la cepa original (de la que habitualmente ya se está protegido con dos dosis), pero no de las distintas variantes. Solo habría que valorar esta tercera dosis si se demuestra previa realización de un test que la persona vacunada con dos dosis no ha producido anticuerpos o no lo ha hecho en cantidad suficiente.
Todos los datos del estudio han sido obtenidos gracias al test , desarrollado por el equipo de Alarcón, y comercializado por la empresa Recovid Solutions (grupo Vitro S.A), que, en palabras de este investigador del CSIC « se basa exclusivamente en la proteína S pero con la diferencia, en comparación con los métodos basados en ELISA o C LIP, de que la proteína S en nuestro sistema es la nativa, en forma trimérica, completamente funcional y, por lo tanto, es capaz de detectar anticuerpos contra la forma natural de S que los métodos basados en proteínas recombinantes no ven».
El único hándicap es que aunque se conozca el número de anticuerpos, se desconoce la cantidad de anticuerpos exacta que te protege del virus, y parece que ese es el motivo principal por el que finalmente se ha ampliado la administración de la tercera dosis a un grupo tan amplio de la población.
Con toda esta información sobre la mesa, resulta complicado encontrar la solución perfecta; aunque todo apunta a que la vacuna española de otro investigador del CSIC, Luis Enjuanes, que contempla el incluir varias proteínas del virus, podría ser la solución perfecta. Y es que, la vacuna en la que trabaja Enjuanes, además de ofrecer una cómoda administración por vía intranasal, incluye más proteínas víricas aparte de la S, por lo que, podría brindar más protección frente a los otras variantes del SARS – CoV – 2. Tampoco deberíamos perder de vista la vacuna de Novavax, la primera creada a base de proteínas, que presenta una efectividad del 96,4% y nulas posibilidades de replicarse. Ojalá pronto sean una realidad.
