Y vaya si lo han conseguido. De entrada, atención a los títulos: ‘Alma negra’, ‘La Jamaicana’, ‘Manhattan’, ‘Ven a ver amanecer’… Parece que estamos ante una cartelera de cine intercontinental. Y en cierto modo es así, porque en este disco Café Quijano han vuelto a hacerlo… han vuelto a componer la música más viajera, aventurera, exploradora, festiva y emotiva del pop latino actual.
Y es que el viaje de ‘Manhattan’ transita y recala por diez escalas excesivas, arrebatadoras y conquistadoras de óptimos estados de ánimo. ‘Jamaicana’ y ‘Alma negra’ son dos tremendos éxitos -al más puro estilo ‘tabernero’- que van a conquistar las mejores fiestas con nuestros pies descalzos sobre la arena, volatilizando el aroma prohibido de perfume y sudor. ‘Alma Negra’, por cierto, es un innegable éxito que viene para quedarse por siempre con la eterna inspiradora de la ‘femme fatale’.
Para quedarse, siempre están también la sensibilidad y la magia que Café Quijano alcanza con sus boleros. ‘Ayer se fue’ es, simplemente, uno de los mejores boleros-jazz que se han compuesto en la música popular de las últimas décadas. Manuel Quijano es todo un ‘crooner’ que, desde el escenario del Casino, dispara a nuestro corazón tremendas frases de un desamor agradecido, sereno pero no menos doloroso. “Ayer, sufrí y, también, pensé que te mereces ser la más feliz porque a mí me diste más que a ti”… De una manera arrebatadora, las armonías vocales de Oscar y Raul exponen, en este tema y en todo el disco la sensibilidad y el trabajo vocal ‘marca de la casa Quijano’.
Menos mal que el tema que da título al disco (‘Manhattan’) logra remontarnos del trago del desamor y, de nuevo, nos lanza a la vida más transatlántica homenajeando al amor, al tequila, a las mujeres bellas y a los destinos más exóticos, desde el Zaire e Italia, hasta el ‘The Box Club’ en Nueva York, pasando por el Bronx. En esta misma línea podemos disfrutar de éxitos como ‘Ven a ver amanecer’, con ese festival de ritmos cubanos que coronan los últimos 50 segundos de la canción. No podemos obviar otro éxito como es ‘Mi melancolía’ cuya sonoridad ‘tex-mex’ se nos acomoda como la seda y dispone un fondo fronterizo a esos antiguos amores que parpadean, avivan y agitan la nostalgia.
Y qué decir del pop… Café Quijano golpean al ‘maltratador’, sin ningún filtro lírico, en ‘Quiero’, comprometiéndose con las mujeres que -aún en el siglo XXI- sufren al ‘macarra barato’, al ‘fantoche acabado’, al ‘ruin mamarracho’… Otro ‘hit’ de formato pop es ‘Un sueño vivo’ con Michael Landau (Michael Jackson, Seal, Pink Floyd…) compartiendo guitarras con Manuel Quijano. El mayor de los Quijano, por cierto y por primera vez en la carrera del grupo, ha grabado la mayor parte de las guitarras. El elenco de músicos que hay en el trabajo forman parte de la primera línea del prestigio latino y occidental: ‘Vinnie’ Colaiuta, Nathan East, Landau… y por supuesto, Iván Melón Lewis al piano, teclados, y arreglos de metales, compartiendo la producción artística con Manuel Quijano.
Amigos y amigas… Manuel, Raul y Oscar lo han vuelto a hacer. Han hecho un disco gigantesco, inspirado, profundo, festivo… y, lo más importante, han hecho un disco que vuelve a convertir la música latina en un ritual artístico atemporal, imperecedero e inmortal que todos vamos a volver a sentir, bailar y celebrar.